El descubrimiento se hizo en conjunto con el Centro de Ciencias, cuando la Red Sísmica de Sinaloa operaba.
08/10/2017 - 15:01 HS
El descubrimiento se hizo en conjunto con el Centro de Ciencias, cuando la Red Sísmica de Sinaloa operaba.
08/10/2017 - 15:01 HS
Culiacán, Sinaloa.- Durante el periodo de los años 2009 a 2012, cuando el geólogo Juan Espinosa Luna se encontraba trabajando en el Centro de Ciencias de Sinaloa y estaba a cargo de la Red Sísmica Sinaloense que fundó, se hizo un monitoreo y, a partir de éste, se registró un nuevo sedimento de falla; sin embargo, el mapeo quedó inconcluso por la suspensión del apoyo por parte del Estado.
TRABAJO
El geólogo Espinosa compartió que, por medio de un análisis de la microsismicidad (sismos pequeños) en la zona que había presentado sismos mayores de 4 grados en el área comprendida entre la dorsal de Alarcón y la dorsal de Pescadero -se puede localizar en la siguiente imagen-, las cuales se encuentran frente a las costas del estado de Sinaloa, aproximadamente a 110 km de la línea de costa, específicamente entre los municipios de Culiacán, Navolato, Angostura, Salvador Alvarado y parte de Guasave, encontraron una posible nueva falla.
El mapeo se llevó a cabo con los datos obtenidos en tiempo real de la Red Sísmica Sinaloense del Centro de Ciencias de Sinaloa. En él se se documentó una serie de más de 40 sismos de magnitud 2 a 3 grados en la escala de Richter en este periodo, cuyos epicentros fueron definiendo poco a poco la dirección y longitud de esta falla que, de acuerdo con el análisis sísmico realizado, es de desplazamiento lateral, paralela al sistema de falla activo San Andrés.
"Así, [es] una serie de pequeños sismos con epicentro muy cercano uno de otro los que han permitido definir este nuevo segmento de falla. Es una primera interpretación; se necesita más monitoreo y análisis sobre la misma para definir la extensión y profundidad de la falla, la cual es paralela. El sistema principal se está desplazando en dirección noreste", expuso Espinosa Luna.
PERCEPCIÓN
Para comprobar esa hipótesis se tiene que continuar el monitoreo a largo plazo mediante el análisis, procesamiento de las señales sísmicas e interpretación de los sismos en la región y, sobre todo, de la microsismicidad hasta que se defina por completo la magnitud de la nueva falla, la cual, posiblemente, tiene una longitud de 54 kilómetros.
Para continuar el proyecto es necesario también tener presupuesto para nuevamente echar a andar la Red Sísmica, checar que esté funcionando como debe de funcionar y todos los días hacer análisis de microsismos para ir definiendo la falla, abundó.
"Definitivamente hay que darle continuidad al proyecto", dijo el experto, quien también comentó que Gobierno del Estado había mostrado interés en ponerlo en marcha. Sólo espera que haya un compromiso para que el proyecto no quede tirado como sucedió la vez pasada, después del trabajo realizado por años, pues, al cortar el presupuesto, quedaron proyectos, como éste, inconclusos.
El experto en sismos también está buscando más información sobre nuevos proyectos, así como equipos. La semana pasada estuvo en Estados Unidos, donde le mostraron uno nuevo sobre geomagnetismo,
«No es predecir, pero cuando va a haber un sismo hay una variación del campo magnético local; no es predecir, [pero] poder darse cuenta con horas de anticipación de un sismo sería muy bueno", concluyó.
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