Estos últimos días EE.UU. se ha visto asediado por una serie de huracanes, huracanes que han ocasionado pérdidas millonarias en diversos lugares de la unión americana. Sin ir más lejos, hoy mismo la ciudad de Tampa está siendo golpeada por un disminuido huracán Irma, huracán que a su paso ocasionó estragos en el caribe y las ciudades costeras, como Miami, de la península de la Florida.
Pero estos huracanes parecen insignificantes en comparación al huracán que se les viene encima, pero no me refiero a un huracán de origen natural, no, me refiero al huracán financiero que se aproxima a sus costas.
Así es, se viene un mega terremoto en la estructura financiera global que tendrá como epicentro China pero que perjudicará gravemente a la economía estadounidense y, en segundo lugar, a la unión europea.
Pero antes de pasar a la nota principal, les contare de los problemas financieros que traerán consigo estos dos recientes huracanes que han golpeado EE.UU.
Debido a los estragos que ha causado el huracán Harvey en el estado de Texas, y especialmente sobre la ciudad de Houston, el senado estadounidense aprobó subir por enésima vez el techo de la deuda de los EEUU para otorgar un paquete de asistencia de 15.250 millones de dólares al estado para ayudar a las víctimas del huracán en dicha entidad. Así mismo, el Senado extendió tres meses más el tope de endeudamiento y permitió que el Gobierno federal cuente con fondos hasta el 8 de diciembre.
Y esto se tuvo que hacer de urgencia pues FEMA (agencia federal para el manejo de emergencias) había declarado previamente que no disponía de recursos suficientes para enfrentar la situación en Texas; pero ahora con la llegada de Irma a la Florida, y considerando todos los daños que va dejar a su paso, es lógico que Fema solicite una cantidad comparable de recursos para afrontar la emergencia en ese estado, lo que irremediablemente volverá a obligar al senado a aprobar un nuevo tope de la deuda pública estadounidense. Esta situación es la primera vez que pasa en EEUU, es decir, que FEMA se quede sin recursos para cumplir con su misión.
El periódico Business Insider alertaba que FEMA está a punto de quedarse sin fondos para afrontar la crisis que generará el huracán Irma. Claro, se supone que esta situación es sin considerar los nuevos recursos por 15000 millones de dólares que le otorga el senado estadounidense para la ayuda a Texas, pero está claro que para Florida se tendrá que otorgar una cantidad similar.
Y para nadie es un secreto que las arcas estadounidenses están vacías, pues prácticamente el tesoro estadounidense tiene cero reservas internacionales, porque al ser el dólar la divisa de reserva mundial ellos no tienen la necesidad de acumular reservas internacionales pues no tienen más que poner a funcionar las imprentas para fabricar mas dólares y así disponer de efectivo.
Pero desgraciadamente, al menos para ellos, ese grifo de dinero infinito está a punto de cerrarse.
¿Y por qué no se devalúa el dólar pese a que la FED constantemente fabrica más dólares?, pues simplemente porque la demanda del dólar es mucha a nivel internacional, y siempre habrá quien compre los bonos del tesoro estadounidense.
Pero lo que no debemos de perder de vista es que la FED es un banco privado, no estatal, así que cada dólar que imprime la FED para dárselo al gobierno estadounidense vía los bonos del tesoro federal, es en realidad una deuda que adquiere el pueblo norteamericano con la FED, es decir, con la banca privada internacional. Es una deuda contratada básicamente con la familia Rothschild, Rockefeller, y todas las demás familias banqueras a nivel global cuyos bancos componen la FED. Bancos como el JPMorgan Chase & Co, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo & Co, Goldman Sachs Group, Morgan Stanley, Bank of New York Mellon, Bancorp, HSBC North America Holdings, etcétera.
Así que, estos huracanes han traído algo más que agua a EEUU, han traído mas deuda al pueblo norteamericano.
Pero queda claro que la deuda no puede subir indefinidamente, pues en algún momento se tendrá que pagar, y entre más se alargue ese momento, será más difícil pagarla pues el monto será mayor.
Los ciudadanos estadounidenses han de tener la idea que su bonanza es infinita e inacabable, que siempre habrá alguien dispuesto a aceptar sus dólares a cambio de algún bien, o a cambio de financiar su economía y sus proyectos en infraestructura, como es el caso de la reconstrucción de la ciudad de Houston, Miami o Tampa. Pero aparentemente ya no es así; posteriormente explico por qué.
El huracán Irma podría traer el colapso de Wall Street
Para empezar consideremos la nota de la CNBC que alertaba que las compañías aseguradoras estadounidenses enfrentaran un severo golpe en sus finanzas debido a los estragos que causará Irma sobre la península de Florida, previéndose que las reclamaciones de sus clientes alcance la cifra de 15 billones de dólares (15 mil millones de dólares); pero algunos otros estudios de compañías evaluadoras de riesgo financiero estiman la cifra entre 20 mil millones de dólares y 60 mil. Eso sin duda las pondrá en severos aprietos financieros y, tal vez, en la banca rota. No olvidemos que la crisis del 2008 se originó precisamente en las aseguradoras y los fondos de inversión que se vieron en problemas financieros y finalmente quebraron.
Por esta razón los medios en EEUU, entre ellos el Miami Herald, se preguntan si la industria de los seguros en EEUU será lo suficientemente fuerte para soportar la embestida del huracán Irma y Harvey.
Así mismo, el South Florida Bussines Journald, alertaba que el huracán Irma había logrado que las acciones de las compañías de seguros radicadas en la entidad se hundieran en bolsa.
Todo esto parece indicar que los inversores no están seguros de que la economía estadounidense pueda afrontar de manera adecuada la crisis financiera que traerá consigo los huracanes Irma y Harvey.
No olvidemos que la crisis financiera del 2008 se originó precisamente por el impago de las hipotecas Suprime; así que si las compañías de seguros de la florida quebraran, eso originaría un efecto dominó que abarcaría todo el territorio de los EEUU, y de ahí se extendería al resto del mundo.
Y así lo han entendido los grandes banqueros internacionales, como por ejemplo, Jacob Rothschild, quien anunció que su compañía, RIT Capital Partners, redujo su exposición de inversión en dólares estadounidenses del 61% al 37% en los primeros seis meses de este año. Las razones de Rothschild para salir de los activos estadounidenses eran los precios “sin precedentes” de las acciones y la creencia de que el sostenimiento artificial de los mercados por el Banco Mundial y los bancos centrales era insostenible; esto es, los Rothschild abandonan el dólar, pero ellos son solo el comienzo, los pioneros por decirlo de alguna manera.
Y es que para nadie es un secreto que las compañías tecnológicas, y las llamadas startups, estadounidenses están muy sobrevaloradas en bolsa, así que la explosión de una enorme burbuja financiera en Wall Street es inminente e inevitable. En otras palabras, las ratas abandonan el barco antes de que se hunda.
